Hola, queris.
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Llegamos a urgencias y me mandan a esperar en la sala de espera (shocking, right?) hasta que venga alguien que me suba a la sala de espera de ginecología (que es algo que no terminaré de entender nunca, ¿por qué no nos mandarán arriba directamente?). Bueno, la verdad que no sé si tardaron mucho o poco. El concepto de tiempo es raro cuando estás esperando que una persona salga de ti, se te ha adelantado el parto y no tienes ni la minicuna NI EL NOMBRE. O sea, flipa.
Que no, que no teníamos pensado el nombre, que la gente me lo preguntaba y yo decía "es que no lo sabemos aún" y se molestaban porque se pensaban que les estaba vacilando o algo pero era verdad. Cuando has deseado algo tanto no puedes poner un nombre al azar y, creedme, se necesitan más de nueve meses para decidirlo.
Nos acompañó una enfermera a urgencias de ginecología, y era la enfermera que había estado en casi todos mis controles del embarazo. Así que guay. Me llamaron muy rápido porque no había nadie. Y me confirmaron que la bolsa estaba rota pero solo tenía un centímetro de dilatación. Ya eran las seis de la tarde, aproximadamente y me mandaban a monitores aka las correas.
Also, la gine me regaló una Hamilton no solicitada que me hizo empezar a sangrar bastante pero nada más. Todo guay.
Nos asignaron habitación porque me ingresaban ya. Una habitación de las nuevas. Estábamos solos y, además, como siempre había soñado: me tocaban vistas a la Circunvalación y ventana. De verdad, que era ese detalle tonto que te preocupa y no sabes muy bien por qué pero ahí estaba. (Entendería su importancia cuando vi un amanecer precioso con Emma en brazos solas en la habitación después de todo).
En monitores había una matrona súper simpática que me preguntó lo típico y me cogió una vía en la mano muy amablemente pero que me reventó de dolor. Yo se lo pagué llenando toda la cama de sangre. No tengo remedio. Le pregunté si debíamos avisar a la familia y me dijo que si vivían cerca no me lo recomendaba porque iba para muchas horas, o eso parecía. Total, era lo que habíamos decidido así que me quedé más tranquila. Y menudo ojo tuvo ella.
Entonces vino la pregunta más incómoda. "¿Cómo se llama la peque?"
"Ehm, bueno, es que... es que no lo sabemos..."
Y su cara de buatdefac tremenda. Me dijo que lo pensáramos, que ella iba a hacer como que no sabía nada pero que se lo tenía que decir antes de entrar al paritorio... Y yo ya de los nervios porque no habíamos decidido el nombre y no nos dejaban verle antes la cara. Madre mía, verás tú, madre mía. ¿Y SI LE ACABAMOS PONIENDO IFIGENIA? (Por favor, si hay alguna Ifigenia en la sala que no se ofenda, ES UN CHISTE.)
Me dejaron ir a cenar a la habitación. Una hamburguesa de pollo, unas zanahorias baby y una manzana asada. Cabe recalcar que no me pude terminar nada y no es que estuviera malo (solo le faltaba sal) pero es que tenía una persona saliendo de mí. Cené viendo el capítulo de Modern Family en el que Cam se sube a un árbol vestido de personaje de Cats. Muy random todo.
Después de cenar, estuvimos un rato en la habitación Ángel y yo haciendo criba de nombres. Íbamos separándolos en parejas y eligiendo el que más nos gustaba de los dos. Al final los dos finalistas fueron Alba y Emma.
Entonces me llevaron de nuevo a monitores. Y me vio la ginecóloga otra vez. La cosa no avanzaba nada. No tenía contracciones, no había dilatado. Nos esperaba una noche muuuuy larga por delante. Ahora tenía como matrón (no sé si es correcto el palabro) a Javi, un chaval jovencillo súper majo y muy profesional.
Como no había nadie más, dejó pasar a Ángel a la sala de monitores y seguimos eligiendo el nombre. Una de las grandes pegas que me hizo descartar el nombre de Alba fue la siguiente casi literalmente "es que ya verás, los monguers se van a reír, porque ya tuvimos la coña de los negocios que se llaman albanoséqué como para ponerle Alba, ¿y si la gente se ríe de ella por llamarse Alba y ser de Albacete?" eso junto con el "A VER SI LE PONEMOS ALBA Y LUEGO NO TIENE LA PIEL DORADA POR EL SOL COMO EN LA CANCIÓN DE ANTONIO FLORES". Porque esa canción es un temazo pero, claro, a ver si me va a salir la chiquilla iniestina (spoiler: sí, es blanquita nucelar) (sí, nucelar, NU-CE-LAR).
Así que decidimos que Emma sería el nombre. ¿Y qué pasó? Que en ese mismo momento, lo creáis o no, comenzaron las contracciones. Y poco a poco aquello se fue poniendo en marcha y yo empecé a recordarle al matrón que quería la epidural. Que no se nos olvide, ¿eh? Y él, que no, que no se nos olvida [cansina, el cansina estaba implícito].
Tenía contracciones cada vez más fuertes pero no había dilatación pero cada vez eran más dolorosa. Cada vez que empezaba una, y siguiendo el dibujito que iba haciendo la máquina, Ángel empezaba con el "que viene, que viene" de Amador en La Que Se Avecina y yo que estuve a punto de matarlo, casi almost literally. Llegado a un punto, me pusieron propess para intentar que dilatase. Esto sería sobre las doce de la noche. Las contracciones cada vez eran más fuertes y me recordaban a mis dolores de regla cada vez más. Y cuando digo "me recordaban" es que no eran tan fuertes como mis dolores de regla.
Me decían que podríamos ir a dilatación en una hora y luego, cuando había pasado la hora que en otra hora. Finalmente pasamos a la sala de dilatación sobre las tres de la mañana. Yo ya estaba rogando la epidural, no podía más, tenía unos dolores insoportables.
Y me dieron ese gusto, porque a lo mejor la había pedido doscientas veces, A LO MEJOR, NO SÉ. Me dijeron que no había dilatado nada pero que entendían que con el propess los dolores eran mucho más fuertes y llamaron a la anestesista que resultó ser una chica jovencísima con una maña que no se ha visto a nadie igual. Alabada sea.
Yo estaba asustada porque había leído que había que estar muy quieta mientras te la ponen y yo estaba con unas contracciones que me hacían retorcerme. Me daba miedo que justo me diese una contracción cuando me la estaban poniendo. Además, no dejaban a Ángel estar en ese momento en la habitación. Entonces el matrón se colocó frente a mí y me puso las manos en los hombros para ayudarme a estar en la posición correcta y me iba dando ánimos. Bueno, pensaba que me iban a hacer daño, que me iba a mover, yo qué sé, mil cosas. Pero no, todo fue rodado. Todo perfecto a la primera y a la tercera contracción que me dio tras poner la epidural ya había hecho efecto por completo.
Entonces dejaron a Ángel pasar de nuevo a la sala de dilatación. Me preguntó qué tal se había dado. Yo le contesté con una paz absoluta:
"Todo ha salido a pedir de Milhouse".
PD: don't do drugs. Solo las legales. Esas sí. Esas son las buenas.
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