Hola, queris. Empezamos rutina de post todos los miércoles así que hoy os quiero contar cómo fue la transferencia. Ya os conté en la entrada anterior cómo había ido la segunda FIV - fecundación in vitro- hasta este momento así que sigamos, ¡venid aquí a mi vera! Me programaron la transferencia para mi día favorito del año... ¡el Día del Libro! Vamos, no podía ser más fácil ir ilusionadísima esta vez entre esta coincidencia y el hecho de que teníamos 5 embriones. Bueno, si todos habían aguantado hasta el día de la transfer. En este punto surgía la siguiente duda: ¿y ahora qué? Ya había firmado en el consentimiento que te dan al principio del tratamiento que el máximo de embriones eran dos por transferencia y en la primera transferencia al tener solo un embrión no había habido duda pero, ¿y ahora? La posibilidad de tener dos bebés de una me gustaba y horrorizaba a partes iguales, no os voy a engañar. Tampoco sabía si esto lo iba a decidir la ginecóloga o íbamos a tener
Cupcakes, galletas decoradas, mi gran boda low cost freak, esterilidad y endometriosis.