Cintas para colgar los abrigos Stikets

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Muy buenas, queridas. Os quería enseñar hoy el primer pedido que he hecho a Stikets. Lo enseñé hace unos días en Instagram, pero por si alguien no lo ha visto por allí, quería ponerlo por aquí también.  Si pinchas en la imagen te lleva al reel de Instagram. (Un saludo para el pie del mini trípode que se me coló en la foto y lo acabo de ver 🤣🤣) En la reunión de inicio de curso, la profe de Emma nos comentó que sería interesante ponerle unas cintas a cada abrigo para poder colgarlos en las perchas (porque con unas perchas muy anchas) y, de paso, poner el nombre de cada peque en la cinta para distinguir abrigos (ya el año pasado tuvimos un cambiazo en el que la otra peque salió perjudicada porque el abrigo de Emma le quedaba bastaaaante pequeño, jajaja).  En un principio iba a coserle yo misma una cinta y a escribirle el nombre de cualquier manera, pero jo, tenía tantas cosas que hacer que tiré por lo fácil y me acordé de Stikets.  Así que hice un pedido de cintas para colgar los abrigo

Semana 39. El tiempo vuela.

Hola, queris. Sí, vaya perraca que estoy hecha, ya podría haberos ido contando algo sobre el embarazo pero, bueno, las cosas vienen como vienen. Hoy cumplo 39 semanas. En todo este tiempo ha habido momentos de todo tipo, pero me quedo con los mejores. 

Como ya sabéis, el embarazo llegó gracias a un tratamiento de fertilidad, fecundación in vitro en este caso, por mi querida endometriosis. Al principio desaparecí de todas las redes sociales, había compartido el tratamiento "en directo" pero ahora no quería contar que habíamos tenido un positivo porque, sinceramente, me daba miedo. No quería tentar a la suerte y tener que dar una mala noticia al poco tiempo, nunca había tenido un positivo, no sabía si el embarazo iba a continuar bien o si iba a pasar algo y no quería dejar esa puerta abierta, prefería esperar un poco. 

Al final, lo conté estando de once semanas. Era como la tercera vez que iba a urgencias por dolores -relacionados con la endometriosis- y al confirmarme que estaba todo bien decidí compartirlo por fin porque, además, empecé a creérmelo un poco. Sí, como os digo, al principio tuve que ir en varias ocasiones a urgencias por dolores. La verdad que los médicos se portaron genial, no me tachaban de loca -como yo me temía- ni exagerada, solo me daban pautas para vigilar los cambios en los dolores por si tenía que volver y la última vez que acudí por dolores muy de regla, muy de endo, fue ese día. Desde entonces fueron apagándose y dejé de tenerlos, así como dos endometriomas que me desaparecieron (el más grande seguía pero se hizo bastante pequeño). 

Ese era otro de mis miedos, ¿qué iba a pasar con los endometriomas (quistes/tumores benignos causados por la endometriosis) que tenía en los ovarios? Pues de tres que tenía desaparecieron los de 3 cm y uno que era más pequeño y el de 7 cm fue bajando de tamaño hasta los 5, ya a mitad del embarazo dejamos de verlo porque no se podía ver por la zona con el ecógrafo. Pero al principio me dijeron de todo: podían crecer, podían desaparecer, podían multiplicarse... Gracias, otra vez, a unos grandes profesionales, me mandaron una eco adicional de control, para ir viendo el tamaño. 

También me habían comentado muchas personas que iría directa a alto riesgo por haber sido con tratamiento de fertilidad y por tener endo pero, afortunadamente, nadie lo consideró oportuno. Entiendo que el control es mayor y que podría haberme aportado tranquilidad pero, personalmente, no creo que hubiera sido mi caso. Al verme en una consulta especial, seguramente me habría puesto mucho más nerviosa en cada control. 

Como os decía, sí tuve molestias en las primeras semanas, al final descartábamos problemas en urgencias y me comentaban que era todo por la endo pero me recomendaban volver si el dolor cambiaba, si de pronto no podía dormir, etc. Un control genial y muy comprensivo, la verdad. Quitando estas molestias, el embarazo no ha podido ir mejor. La verdad que -toco madera- he tenido mucha suerte hasta ahora. 

  • En las primeras semanas los pechos estaban súper delicados pero nada que no se pueda aguantar. 
  • Tuve algunas náuseas casi imperceptibles que podía sobrellevar comiendo un par de galletas saladas antes de levantarme de la cama. 
  • Solo una vez vomité por un olor horrible pero ha sido el único vómito de todo el embarazo. 
  • No he tenido ascos con la comida. 
  • Tampoco he tenido antojos, a ver, matizo, sí me apetecieron muchísimo unas almendras fritas de mi suegra, se lo dije a Ángel y me las hicieron con todo el amor y me supieron a gloria bendita pero no fue ese tipo de antojazo de los que se habla por ahí. 
  • Sobre la mitad del embarazo, se me ocurrió un día ponerme unas botas con un poco de tacón (que son comodísimas) y después tuve los pies muy hinchados así que desde entonces he ido plana y sin problemas. Sí que hace un par de semanas se me hinchan un poco si paso mucho tiempo de pie pero al día siguiente están nuevos. 
  • Sí he echado de menos hacer ejercicio (mis rutinas son súper básicas, 20 minutillos con la Wii Fit, no nos volvamos locos tampoco), salir a dar mis paseos de 40-50 minutos y bailar. No me recomendaron reposo absoluto pero sí estar relajada y el miedo a perderlo ha sido superior a cualquier otra cosa. Aún así, prefiero cómo lo he vivido a poder estar preocupada por si pasaba algo si forzaba. 
  • De este modo me he metido 23 kg (o alguno más a día de hoy, a lo mejor) desde el día de la transferencia embrionaria. Por mucho que repita que no me preocupa en absoluto el peso -siempre y cuando los médicos opinen lo mismo- la gente sigue diciéndome o que no voy a volver a mi peso anterior (te lo dicen con mucha pena, como si fuera lo más importante de la vida llevar una 36) o que no me preocupe, que ya recuperaré mi peso (ver paréntesis anterior). A ver, voy a traer una niña al mundo. Mi cuerpo ha creado vida. Ahora mismo me siento como un ser superior, sinceramente (y suena fatal pero a mí plin), y me da igual el peso, ¡¡copón!! Y a mis médicos igual así que todos felices. Lo único que me preocupa es poder jugar con mi hija, FIN. Seré igual de feliz si lo hago con "mi peso", 10 o 50 kgs de más. 
  • Estrías en el culo y muslos las tenía todas ya por los cambios bestiales de peso, de hecho ya os hablé en un post sobre ese tema. En el pecho sí que me han salido bastantes y, de momento, en la barriga solo tengo una que se ha abierto por el agujero del piercing del ombligo, es como una pequeñita cicatriz. Nunca he sido de echarme cremas y desde el principio me he embadurnado, sobre todo pecho y barriga, viendo cómo ha reaccionado cada zona, me creo más lo de que la hidratación es importante pero que también influye muchísimo tu propia piel. 
  • A mitad del embarazo tuve un par de días unos mareos curiosos. Justo me tocaba analítica y ahí me vieron que tenía anemia y podrían estar relacionados. Me mandaron hierro y desaparecieron los mareos. Sigo tomando hierro (primero fue Ferplex y ahora Tardyferon) y, aunque los resultados siguen saliendo bajos, no me siento con anemia para nada. Con unos 16 años tuve mi primera anemia y he tenido varias veces después y lo recuerdo completamente distinto. Al punto de no poder levantarme de la cama o poder ir a trabajar. Ahora mismo, teniendo en cuenta la barriga que tengo, no sé si es "anemia anemia" o cualquier otra cosa pero me encuentro bien. 
  • Sí, con el embarazo te cansas más que habitualmente. Esto también me ha tocado. Y con ese cansancio vienen las contracciones de Braxton Hicks. En mi caso sí he tenido varias dolorosas, pero nada que no se pase descansando un ratito. 
  • Desde siempre he tenido problemas para dormir y mis rutinas de sueño no han mejorado ni empeorado por norma general. Sí ha habido días que he tenido que echar una siesta (o dos o tres) porque no podía con mi vida y otros que he dormido un par de horas, pero vamos, lo que me pasa de siempre. Ante esto mi truco siempre es el mismo: siestas prohibidas para poder dormir por la noche. 
  • Ya estas últimas semanas sí se hace más difícil dormir al tener la barriga tan grande. Me está salvando la chaise longue del sofá. Es reclinable y se queda medio incorporada, por lo que puedo dormir bien sin tener que montar un fortín de cojines en la cama que imagino que se acaban moviendo y desquiciando más que ayudando. 
  • Esto también me ha venido bien para los ardores. Sobre la semana 24 o así empecé con ellos. Al principio los controlé con leche fría (el primer vaso que me tomé casi me cuesta la vida porque odio el sabor de la leche sin nada, bueno, y el olor... que cada vez que un cartón pasa más de dos días sin ser tocado tengo que pedirle a Ángel que la huela para saber si está en buen estado porque a mí siempre me huele mal) y después combiné con yogures naturales. Cambiando un poquito la dieta (quitando chocolate y mucho azúcar y cosas muy indigestas) lo fui llevando bien. Un día ya dio igual lo que comiera, ya eran ardores por tener el estómago casi a la altura de la boca, jajaja. Entonces pedí ayuda a la matrona, me recomendó empezar por Almax antes de tomar alguna medicación fuerte tipo Ranitidina o Alquén. El Almax me funcionó un par de veces y en la farmacia me recomendaron unas pastillas naturales. No voy a poner nombre porque es la típica "a mí me funcionó", no es homeopatía, me aseguré muy mucho antes de comprar pero al ser algo no recetado por un médico prefiero no recomendarlo. Me han ido bien y sigo tomándolo a día de hoy. 
Bueno, creo que no me dejo ningún síntoma y de paso os he hecho un repaso guapo guapo del embarazo. 

Ya son 39 semanas. Tengo muchas ganas de conocer a nuestra pequeña pero no tengo ninguna prisa. Que salga cuando quiera salir, que aquí la estamos esperando todos con los brazos abiertos. Y algún bocao' que se va a llevar según salga, también os lo digo, que menudas patadas da la jodía'. 

Un besote. 



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