Cintas para colgar los abrigos Stikets

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Muy buenas, queridas. Os quería enseñar hoy el primer pedido que he hecho a Stikets. Lo enseñé hace unos días en Instagram, pero por si alguien no lo ha visto por allí, quería ponerlo por aquí también.  Si pinchas en la imagen te lleva al reel de Instagram. (Un saludo para el pie del mini trípode que se me coló en la foto y lo acabo de ver 🤣🤣) En la reunión de inicio de curso, la profe de Emma nos comentó que sería interesante ponerle unas cintas a cada abrigo para poder colgarlos en las perchas (porque con unas perchas muy anchas) y, de paso, poner el nombre de cada peque en la cinta para distinguir abrigos (ya el año pasado tuvimos un cambiazo en el que la otra peque salió perjudicada porque el abrigo de Emma le quedaba bastaaaante pequeño, jajaja).  En un principio iba a coserle yo misma una cinta y a escribirle el nombre de cualquier manera, pero jo, tenía tantas cosas que hacer que tiré por lo fácil y me acordé de Stikets.  Así que hice un pedido de cintas par...

El parto que emocionó a SpielbSTEPHEN KING (Parte I)

Hola, queris. Sí, hoy es cuando os cuento mi parto. Preparad las palomitas. 

Voy a empezar contando una preciosa anécdota. 


No había contado todavía esto por varias razones: 
  1. Cuando me enteré de que estaba nominada en la categoría de Infertilidad de los Premios Madresfera, decidí esperar para abrir este nuevo tema en el blog. La maternidad y toda esa vaina (uff, este sería un título perfecto para contaros los comienzos).
  2. Desde el 7 de enero, no me cojo el culo con las dos manos, básicamente. ¿Y qué haces escribiendo esto?, te preguntarás con buen criterio, pues no te preguntes tanto, hostia. 
Os pongo en situación. Estando de menos de tres meses, la gente empezó a hacer apuestas ya de cuándo iba a dar a luz, a parir, a tener a la peque, a explotar (esto lo añado yo, sutilmente). La apuesta mayoritaria era el 28 de diciembre porque LA LUNA LLENA. 



Yo, que tenía tanta idea de esta movida lunar como de física cuántica pues que si jijijajás y venga, posvale, posoc. Otro inciso: en las clases de preparación al parto alguien preguntó a mi adorada matrona si lo de LA LUNA tenía algo que ver con parir/explotar y ella dijo que no, que había estudios que demostraban que no había ninguna relación PERO, ojocuidao, que cuando había Luna llena, los paritorios se llenaban. ¿Por qué? Yenesepapugcuá.

Sigamos. Ya me iba haciendo yo a la idea de que iba a parir el 28 pero cuando llegó el 28, no, nain, niente. Que la peque aún estaba horneándose y circulen que aquí no hay nada que ver. Y desde ese día pues a esperar. Y yo, que soy muy de la coña, me veía preparando putadillas para las familias en las cenas y comidas navideñas. Pensaba darle a todo el mundo las campanadas simulando contracciones de parto pero al final me porté bien y no hice nada. Eso sí, durante las cenas de Navidad y Nochevieja, no podía quejarme ni una mijita sin que alguien me mirara con cara de terror y un fuerte "CORRED, TRAED UNA PALANGANA Y TOALLAS LIMPIAS" cruzándole claramente por la cabeza. 


El caso es que los días pasaban y mientras unos seguían pensando que la cosa se adelantaría otros pensaban que se retrasaría al ser primeriza. Como veis, esto de que se hablase sobre mi fecha yo lo llevaba bien, como cuando me tocaban la barriga. Ya el posparto y las opiniones ya es otra muvi que hablaremos en otro momento.

Bueno, pongámonos ya en situación -de despegue-. Estaba citada a monitores para el día 11/01 que es cuando salía de cuentas (permíteme que me descojone, queri). Yo no hacía más que pensar que claro, llevaban semanas sin hacerme una eco, en los grupos de Facebook de embarazadas (de esto os tengo que hablar también porque MAREMÍAMAREMÍAMARE) no hacía más que leer sobre niños mal colocados: de culos, de pies. Y claro, yo sabía que la doñi estaba colocada en la última eco pero ¿y si se había dado la vuelta? Porque moverse se movía una pizquina.

Había tenido contracciones de Braxton Hicks durante el embarazo pero esa última semana no las sentía. Solo por las noches tenía unos dolores cuando Emma se ponía con el culo en pompa. SPOILER: no era Emma poniéndose con el culo en pompa, eran contracciones, jajaja.

Y llegamos al día 5 de enero, sábado. Me habían invitado a ir a comer roscón pero yo estaba muy ocupada con un malestar general que no sabía de dónde venía...


Pero mucho. Es que estaba a horas de dar a luz pero ni idea. Y me río yo de esas veinte mil publicaciones que leía en los grupos de embarazadas que aseguraban que una mujer no necesita que nadie le diga que va a parir, que ella lo sabe. Sí y una mierda, cariñete.

Para rematar todo el tema, Ángel estaba esa semana currando de noches y el finde le tocaba trabajar de 19.00 a 07.00 así que allí estaba yo, con mis dolorcillos y comiendo un buen roscón de Mercadona con chocolate que me había comprado él como detallico. También bajé a dar un paseo con Leia y aproveché para hacer una foto a los Reyes Magos...



Menos mal que mis sobrinos me lo recordaron que si no, con los dolores, se me habría olvidado... Jajaja. Gracias a mi sobrina, también tengo la última foto embarazada porque me pidió que le mandara una foto de la barriga. Así que con muchos dolores y ya muy cansada, me acosté en mi querida chaise longue que tanto me salvó durante las últimas semanas de embarazo (para dormir sin acidez) y así llegamos al día 6 de enero, domingo.

Ángel había salido de trabajar a las siete de la mañana del domingo, llegó a casa, bajó a Leia y se acostó. Yo me desperté muy tarde y sin ganas de nada, él estaba agotado y decidimos llamar para pedir comida china. Mientras la comida llegaba, él se fue a dar un paseo para coger algo de energía porque tenía que entrar de nuevo a las siete de la tarde y volver a echar doce horas. En el mismo momento que él cerraba la puerta de casa, yo sentí algo raro, como que me hacía pis... 


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